Nuevo o de ocasión: compruebe antes de comprar

Una vez revisados los puntos esenciales tanto del interior como del exterior del vehículo, es el momento de llevar a cabo una prueba en carretera. Controle el funcionamiento general del coche e identifique posibles ruidos sospechosos.

Probar un vehículo nuevo y probar un vehículo de ocasión no se lleva a cabo del mismo modo; los elementos a verificar no son del todo similares. En ambos casos, las pruebas deben de realizarse en circuito urbano, pero también en carretera, con el fin de darle una idea de su capacidad de aceleración, por ejemplo.

Vehículos de ocasión

La dirección

En parado, puede comprobar el estado de la dirección girando a fondo el volante de un lado al otro sin soltarlo. Si escucha ruidos o siente vibraciones extrañas, quiere decir que la dirección no se encuentra en buen estado.

En carretera, acelere soltando el volante y después frene soltándolo de nuevo. La dirección debe de permanecer recta. Una desviación de la dirección hacia un sentido u otro puede significar en el mejor de los casos una presión indebida de los neumáticos, o una mala alineación de los mismos.

Los frenos

Puede probar el estado del sistema de frenado  antes de arrancar: una vez el motor esté en marcha, pise el pedal de freno. Este no debe de ir demasiado suave, ya que esto puede ser indicativo de una fuga o de un fallo a nivel del sistema hidráulico.

Una vez en carretera, realice un frenado pisando a fondo el pedal. El coche debe detenerse de forma inmediata, no desviarse y el sistema de frenado no debe producir ningún chirrido.

El cambio de marchas

Cada marcha tiene que comprobarse, sin olvidar la marcha atrás. Arranque y vaya subiendo de marchas, no debe de sentir ningún tipo de bloqueo o sacudida. En caso contrario, esto puede llevar a tener que reemplazar la caja de cambios, una reparación costosa. Si tiene la posibilidad de detenerse en un lugar tranquilo, verifique la transmisión metiendo la marcha adelante y después la marcha atrás después de pararse. Repita la operación varias veces.

Los amortiguadores

En parado, haga presión fuertemente sobre una de las aletas del coche y déjela que vuelva a su punto de origen. El movimiento de retorno debe de pararse en seco, sin ningún rebote. En caso contrario, esto podría indicar un fallo en los amortiguadores dl lado en el que se encuentra.

En una prueba en carretera, puede comprobar que el vehículo no rechina cuando pasa por un resalto, o a la hora de pasar por un tramo en mal estado, que no oscile de forma inusual.

El embrague y el freno de mano

Meta una marcha con el freno de mano puesto, y después suelte el embrague. El vehículo debería de calarse normalmente. Si el vehículo permanece sin calarse, y el embrague patina, es un claro signo de que hay que cambiarlo. Si el vehículo comienza a avanzar, es que el freno de mano no está funcionando correctamente.

Fugas

Después de haber circulado, aparque en un lugar tranquilo y seco y deje en marcha en motor. Al cabo de unos minutos, desplace el vehículo para localizar posibles fugas del motor en el suelo.

Vehículos nuevos

Probar un coche nuevo es más difícil que uno de ocasión. De hecho, muchos talleres no pueden atender la totalidad de las peticiones, y ya no se les vuelve a llamar. La elección del taller se tiene en cuenta a partir de aquí, ya que hay que recordar que seguramente tendrá que llamarles para el mantenimiento de su vehículo en los próximos años. Una vez encontrado el taller y el vehículo ideal, la compra de un vehículo nuevo no excluye ciertos controles:

El motor

En primer lugar, tiene que evaluar qué tipo de motor le conviene en función de su consumo y de su forma de conducir, probando un motor de gasolina o diésel, con el fin de entender la diferencia que le aportará uno u otro. La potencia del motor y el consumo del vehículo tienen igualmente una gran importancia, y dependen del uso cotidiano que le vaya a dar. Con todo ello, probar el coche en carretera y autopista, le permitirá constatar el ruido del motor en funcionamiento.

El confort

Sea cual sea el uso que le vaya a dar, un vehículo debe de ser confortable y estar adaptado a su estilo de vida. En parado, puede comprobar en primer lugar que el interior del habitáculo es conveniente: el número de plazas, el espacio para las piernas, la capacidad del maletero, etc…. Una vez en carretera, pruebe la conducción y la flexibilidad del vehículo, la dirección asistida, las vibraciones, los posibles tirones, la aceleración y la recuperación o “reprise”.

El diseño

La cuestión de la estética ocupa un lugar incontestable en la elección del potencial comprador, y los fabricantes son conscientes de ello. Por ello, compruebe desde el principio que las líneas del vehículo, los materiales plásticos empleados en el interior, el cuadro de mandos, la posición de los botones (ejemplo: elevalunas eléctrico) o las llantas son las que más le convienen. El equipamiento y las opciones también pueden resultar importantes en función de sus expectativas.

El mantenimiento

Resulta más prudente informarse antes de la compra de los costes de mantenimiento del vehículo, una vez el periodo de garantía ha expirado. No dude en preguntar a su vendedor el coste del cambio de unas pastillas de freno, de los discos, de los amortiguadores, etc…. Puede igualmente preguntarle sobre el coste del certificado de inmatriculación.